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DRONES. LOS SALVAVIDAS DEL AIRE

Diagnosticar el SIDA, prevenir epidemias mortales o reanimar a una persona con un paro cardíaco es posible gracias al uso de pequeños vehículos aéreos. Más conocidos como “drones”, estos dispositivos voladores se han convertido en parte de nuestra sociedad y en muchas ocasiones pueden llegar a salvarnos la vida.
«Hace 10 años eran muchos los que creían que la tecnología dron solo servía para matar. Pero no es cierto; también puede servir para salvar vidas«, esto es lo que afirma Carlos Ferraz Pueyo, socio fundador de Hemav, una empresa tecnológica empresa que combina la tecnología dron e inteligencia artificial.
En nuestro país, las cifras hablan por sí solas: según los datos recogidos por el Plan Estratégico para el desarrollo del sector civil de los Drones en España (2018-2021), una de las grandes ventajas de los drones es «su gran maniobrabilidad y la capacidad de transporte, que harán de estas plataformas unos sistemas ideales para asistir a los especialistas durante la prestación de servicios de emergencia y rescate, reduciendo así el riesgo para los profesionales que los prestan».
Desde Netexplo se han detectado varias de innovaciones tecnológicas sorprendentes que a través del uso de drones, ayudan a prevenir enfermedades y salvar vidas.
Veamos cuales son:

Un “dron -ambulancia”

Los primeros minutos después de un accidente son críticos. Para dar una rápida respuesta de emergencia con el fin de prevenir muertes y acelerar la recuperación de los afectados, los creadores de Ambulance Drone han dotado a su dron de una caja de herramientas compacta que contiene, entre otros dispositivos de emergencia, un desfibrilador automático (DEA) con el que se puede recuperar a una persona en parada cardio respiratoria.

Abejas robóticas para salvar a la humanidad

Un grupo de científicos de la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos pretende acabar con una de las grandes amenazas de nuestro siglo: el fin de las abejas.
Para luchar contra el terrible final de las abejas, estos científicos han desarrollado una innovación que parece ciencia ficción: las abejas robóticas. Capaces de reproducir el aleteo de estos insectos, mini robots pueden suspenderse en el aire, volar en cualquier dirección, balancearse e incluso girar 360 grados gracias al mylar, el material del que están hechas sus alas y que se usa en las mantas espaciales.
Además, las alas de las robot-abejas pueden equiparse con sensores espaciales para que puedan volar de forma autónoma de una planta a otra para polinizarlas.

Sin mosquitos no hay epidemias

Partiendo del hecho de que algunas clases de insectos y mosquitos difunden grandes epidemias, Project Premonition pretende atraparlos y distribuir algunos datos clave para la identificación de aquellas zonas que puedan sufrir epidemias.
Los datos recolectados por esta trampa robótica son enviados a la nube y los insectos atrapados se someten a varios test de biología molecular. Para vigilar las trampas a distancia, el sistema utiliza varios drones de vigilancia. De esta forma, se puede detectar con antelación la aparición de una posible epidemia en zonas de riesgo.

El dron anti-SIDA.

El SIDA sigue siendo una de las principales enfermedades en los países del Tercer Mundo. Es el caso de Malaui, cuya población seropositiva asciende a más del 10%. Conscientes de la dificultad para diagnosticar precozmente esta enfermedad, UNICEF ha creado, Matternet Diagnosis Dron, un dron capaz de acceder a las zonas más alejadas del país, dónde el transporte de muestras diagnóstico se realiza con motos por rutas difíciles.
Este dron es capaz de recoger rápidamente las muestras de sangre y entregarlas a tiempo, reduciendo retrasos en el diagnóstico y los altos costes de los test.
Estos drones son un clarísimo ejemplo de cómo las innovaciones digitales pueden ayudarnos salvar vidas.
En conclusión, podemos afirmar que estas aeronaves sin piloto ejercerán un papel primordial en los próximos años, no solo en la seguridad, sino también en los servicios de salud, emergencia y rescate. Esto no solo reduce los posibles riesgos para los profesionales sanitarios, sino que además, aumenta las posibilidades de éxito en las labores de salvamento y en lucha contra enfermedades y grandes epidemias.